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“Antes todo era bien triste”

Reseña a Urin Parcco y Hanan Parcco. Memorias sobre el tiempo de la hacienda y la reforma agraria: testimonio de sus protagonistas

Publicado: 2018-05-25


“Antes todo era bien triste” es la frase que usa Andrea Lapa Moscoso, una pobladora de Parco Chacapunco, para resumir su experiencia y vida en tiempos de la hacienda, antes de la Reforma Agraria. No es una noción particular, muchos testimonios se refieren a ese periodo en iguales términos: “Así era triste esa vida”, “Era triste”, “Eso era un sufrimiento”, tanto hombres como mujeres recuerdan de forma personal y colectiva aquel periodo como un tiempo de dolor y maltrato, de tal forma que, en sus relatos, hay poca cabida para anécdotas alegres, festivas o vivaces. Esto no quiere decir que la vida de estos pobladores haya estado marcada absolutamente por el agobio y la miseria, pero como toda memoria, siempre tiende a recordar, sobre todo, aquello más trascendente. En parte, esto se debe al lineamiento y orden de las entrevistas que guiaban las conversaciones en torno a las especificas experiencias sobre el tiempo de la hacienda y la reforma agraria, aunque como sugiere la editora del proyecto, esto no implicó un diálogo cerrado, sino que más bien fue un espacio profundo de escucha empática.

El libro en cuestión es una compilación de extractos de relatos de pobladores adultos mayores de las comunidades de Buenos Aires Parco Chacapunco y San José de Parco Alto, que durante los tiempos de la hacienda, pertenecían ambas a la Hacienda Parco. La editora, Mercedes Crisóstomo y el equipo de estudiantes de la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga y Pontificia Universidad Católica del Perú, logran rescatar y revalorar las vivencias de las personas que coexistieron durante “el tiempo de la hacienda”. Sin embargo, mediante el libro no sólo conocemos sus experiencias, sino también sus creencias, prácticas cotidianas, interacciones sociales y posiciones políticas. El libro reúne 75 entrevistas realizadas en quechua con la colaboración efectiva de los entrevistados, mediante el cual se plantear iniciar estudios que profundicen el impacto de la reforma agraria en las poblaciones en las que estuvo orientada, ¿para quiénes fue beneficioso?, ¿para quienes fue perjudicial?.

Pero volviendo al párrafo inicial, el interés en “el tiempo de la hacienda” y la reforma agraria, al parecer solo se manifiesta en sus dimensiones sociales y políticas, de tal forma, que las interacciones con el patrón en cuestión o la organización de los pobladores en torno a la reforma, son el común denominador de los relatos escogidos, ya que son extractos no sabemos si es una elección de los editores o es el contenido esencial de los entrevistados. Quizás, como señala Crisóstomo en la introducción, se deba a las diversas experiencias de los protagonistas, unos con papeles más políticos y orgánicos, y otros que se detuvieron en los detalles cotidianos de su propia vida, que involucraba aspectos, solo en apariencia, no relevantes. Lo bueno del libro es que ambos tipos de experiencias conviven en la memoria de sus relatores, así se conoce tanto de la participación política, los mítines, las organizaciones, los intentos por hacer valer la ley de reforma agraria de los comuneros, pero al mismo tiempo, aunque de menor medida, conocemos algo sobre su vida fuera de la esfera política, aquella relacionada a los ciclos de trabajo, las interacciones son sus patrones, las formas de denominación y comunicación, la vida doméstica, los hábitos, vestimenta y alimentos de los pobladores, sus creencias en los nakaq y hasta descripciones de la geografía local.

Resaltante es el hecho que la mayoría de mujeres entrevistadas hayan brindado pocos relatos relacionados a su participación en torno a las reuniones de cara a la aplicación de la reforma, algunas recurren con decir que fue su esposo el informado, otras dicen que eran otros los que hacían tales asambleas, otras simplemente desconocen el hecho, y su relato se limita a sus experiencias laborales en la casa del patrón. Lo cual no coincide con los testimonios de los hombres entrevistados quiénes hablan de un masivo apoyo femenino. Es también relevante el hecho que la mayoría de hombre estaban informados del proceso, sean o no parte de la dirigencia local, algunos recuerdas nombres, la estructura de la organización, los cargos y hasta las acciones concretas. Muchos hasta ahora tienen la ley grabada en su memoria, así la recitan como la Ley 17716, y, en su mayoría, conocen a Velasco y lo identifican como el personaje que hizo posible que se acabará la hacienda y que, por ende, sus vidas tomaran un drástico cambio, Gregorio Quispe Sedano de noventa años, por ejemplo, decía: “Yo agradezco a Velasco por habernos librado de esos tiempos de dolor”.

Este agradecimiento colectivo a la figura de Velasco no está exento de explicaciones imaginadas sobre los motivos del entonces presidente, algunos recuerdan que él también fue un pongo, que su familia trabajaba en hacienda, que presenció el maltrato de los patrones, y otros afirman que los motivos a declarar la reforma agraria se encontraba en estos recuerdos de la infancia, pero no sólo se elaboraron estos relatos para explicar sus acciones, sino también su deceso, así la mayoría afirmaba que eran los hacendados y patrones que por venganza lo habían mandado a matar a balazos. Con imaginación, inexactitudes o veracidad, la figura de Velasco es una constante en el recuerdo colectivo de la mayoría de sus pobladores, sobre todo, los varones que estuvieron inmersos en la organización comunal, por su parte, una pequeña, pero reveladora presencia femenina no tiene conocimiento sobre el presidente del gobierno militar, lo que de por sí, ya es digno de anotar.

Interesante también es notar cómo la memoria colectiva recuerda el fin de la hacienda como un acto subversivo, antes que legal. A los procedimientos jurídicos, se imponían constantes desobediencias en los campos de trabajo, amenazas, injurias, grescas y correrías. La mayoría recuerda a un patrón saliendo con prisas de la hacienda siendo perseguido por los pobladores con hondas y palabras vengativas. Sin embargo, interesa ver cómo la mayoría de los entrevistados reconocen que la posición ante el fin de la hacienda no fue unánime, ni mucho menos, pues hubo discusiones internas, discordias y apoyo al hacendado, aunque curiosamente ninguno de los entrevistados se reconozca en esa posición, salvo un caso que a lo sumo resalta un proteccionismo del patrón hacia él. Quizás como afirma Ponciano del Pino en otro importante libro, la memoria colectiva también apela a silencios para dejar de lado ciertas historias que pueden poner en riesgo (real o imaginario) la integridad de los miembros de una comunidad. ¿Alguno de los entrevistados en el libro habrán pertenecido a esos odiados uyaricucc, o aquellos que defendían al patrón y la hacienda? Difícil saberlo.

El libro que edita Crisóstomo es un genial aporte para conocer a los protagonistas del tiempo de la hacienda y reforma agraria, no a través de documentos, sino mediante sus experiencias narradas, de tal forma que las entrevistas no están libres de una gráfica crueldad de la época, narradas por sus víctimas, que podría fácilmente ser las fuentes de una historia social del maltrato y sevicia durante el siglo XX, todos recuerdan la violencia desmedida e indiscriminada, Basilia Sánchez decía sobre ello: “Pegándonos nos hacían trabajar en las haciendas” , pero no es solo una historia de la humillación física, sino también cotidiana, a los golpes se les sumaba, la correspondiente obligación de trabajar y servir sin alimentos, dormir sin camas, y caminar sin zapatos, vestir la misma ropa que se lavaba y secaba puesta en la persona, y en el caso de las mujeres, por supuesto, la violencia sexual. Un libro importante que ante los debates sobre la importancia o pertinencia de la reforma agraria desde el punto de vista intelectual y académico suma las opiniones de aquellos que vivieron el proceso en carne, literalmente, en carne humillada y golpeada.


Escrito por

Luis Rodriguez Toledo

Bachiller en Historia por la UNMSM y Estudiante de Maestría en Historia (PUCP)


Publicado en

La herencia de Charles Trask

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